Desde India a Estados Unidos, se está haciendo todo lo posible para hacer llegar la conectividad que involucre a los ciudadanos en los espacios públicos. La Unión Europea está considerando incluso gastar 120 millones de euros para ayudar a las “autoridades locales y proveedores de servicios públicos” a ofrecer redes de Wifi abiertas y gratuitas. ¿Por qué? Porque esto “ayudará a impulsar el desarrollo de una sociedad europea más digital e integradora”.
Nos encanta la sensación de estar conectados, ser capaces de conectarnos a una red Wifi lo más rápida y fácilmente posible. La idea es tan irresistible que descubrimos que hay personas dispuestas a entregar a su primogénito -o su homónimo digital, aceptar los ‘términos y condiciones’- para conseguir su Wifi gratis.
Pero cuando a redes Wifi públicas se refiere, muchos de nosotros hemos aprendido que hay una delgada línea entre la integración y la exposición.
La idea de estar en público nos atrae, nos abre las puertas a conocer gente nueva y entablar nuevas relaciones. Esto ahora es mucho más fácil, basta con hacer un intercambio de números de teléfono. Lo que no resultaría tan agradable es que nuestro número acabara en manos de alguien con las habilidades de atacar nuestro dispositivo.
Para demostrarlo, enviamos un hacker a una cafetería cualquiera equipado con un sistema para monitorizar redes Wifi. Le sorprenderá saber todo lo que está haciendo público: podría estar exponiendo los números de teléfono de sus contactos, contraseñas y gran cantidad de datos personales que no dejaría descuidados si estuvieran escritos en papel.
Por supuesto, no hay un ciberdelincuente en cada cafetería, biblioteca o estación de metro, pero cada vez que se conecte a una Wifi pública gratis está arriesgando su privacidad, a menos que use una VPN -red virtual privada, por sus siglas en inglés- junto con su ‘software’ de seguridad en Internet.
“Sin una VPN, es un juego de niños para cualquiera ver parte de tu tráfico a través de la misma Wifi”, explicó el jefe de Investigación y Desarrollo de F-Secure, Mikko Hyppönen.
“Si estoy en una cafetería y no conozco la red Wifi, siempre uso una red VPN para proteger mi tráfico por Internet”, nos dijo Sean Sullivan, experto de seguridad en F-Secure. “Así que, si estoy en casa y quiero hacer lo mismo, puedo habilitar la VPN allí también y crearé así un túnel cifrado entre mi dispositivo y la VPN”.
Con una VPN, nuestro tráfico está camuflado incluso para nuestro proveedor de Internet, lo que significa que nuestro historial de navegación no puede ser seguido ni vendido, incluso si estás en Estados Unidos.
Mientras una VPN protege su tráfico, puede fácilmente compartir sus datos tanto si está conectado a una red Wifi, a la red de su teléfono móvil o directamente a través de su proveedor de Internet. Sobre todo, si es víctima de una estafa ‘phishing’, que a menudo emplean páginas poco fiables para acceder a nosotros y que así entreguemos nuestras credenciales privadas directamente a los ladrones. Es por esto que una protección completa requiere ambos, una VPN que proteja su privacidad y un sistema de seguridad que lo proteja contra páginas peligrosas, ‘malware’ y otros métodos criminales que buscan el acceso a sus cuentas y otros datos personales de valor.
Cuando elige seguridad y una VPN, usted está transfiriendo su confianza a un proveedor, es por lo que las soluciones gratuitas pueden acabar exponiendo sus datos de maneras inesperadas, nada es gratis. F-Secure es una multinacional pionera en ciberseguridad con casi 30 años de experiencia en el sector. Nuestra VPN FREEDOME cuenta con la confianza de consumidores, así como expertos de la industria. F-Secure TOTAL combina nuestro galardonado SAFE y nuestra VPN FREEDOME en una sola suscripción. Puede probarla de manera gratuita durante 30 días en tres dispositivos y ver si sus datos privados se sienten menos desnudos.
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